Buscar este blog

viernes, 30 de octubre de 2015

              LEYENDAS URBANAS:
En Salto

Entre las calles Zorrilla y 19 de abril, detrás del Museo del Hombre, hay una plazoleta que esconde una locomotora antigua y varios juegos para los niños. Por la noche, sin embargo, los viejísimos árboles del lugar y los ingenios mecánicos para niños -olvidados en las penumbras nocturnas-, forman sombras grotescas y lúgubres.


Cuando en las noches de invierno las calles quedan completamente desiertas, una muchacha joven, vestida de blanco, aparece en la plazoleta. En ocasiones, la figura espectral tiene una horca al cuello y su sola presencia da un susto de muerte al transeúnte despistado.

Recorre esas calles desde principios del siglo XX como resultado de un amor imposible, fuente inagotable de nuevos fantasmas. Enamorada de un obrero pobre de AFE, su familia de alta alcurnia impidió que se casara con quien consideraba su verdadero amor. Una fría madrugada de invierno, ensombrecida por el pesar, se dirigió a la plazoleta y se ahorcó de la rama de un árbol. Su silueta puede verse aún hoy en día, cuando el frío la obliga a recorrer la plaza con la cuerda al cuello.



En Montevideo

Los 21 de Junio de todos los años un hecho curioso se repite en la rambla del Buceo, perceptible sólo para algún transeúnte aislado que se encuentre allí a la hora indicada.

Una muchacha atraviesa corriendo la rambla, cruza la arena y se arroja al agua. Allí permanece boca abajo mientras se aleja en el mar, hasta que desaparece. En el Buceo se cuenta que es el espíritu de una joven que se suicidó por amor y que no logra descansar en paz, lo que la emparenta con las innumerables damas espectrales que recorren el país.

Tiene el pelo rubio, es pálida y viste de blanco. Falleció un 21 de junio hace mucho tiempo y vuelve a revivir su muerte cíclicamente en la fecha mencionada. Quien se acerca a ella, se ha dicho, corre el riesgo de terminar en las aguas del Buceo.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario